
ALBUQUERQUE, Nuevo México – En diciembre de 2022, Jesse Parra y un grupo de adolescentes asistieron sin invitación a una fiesta en una casa ubicada en el noroeste de Albuquerque, tras enterarse del evento a través de redes sociales.
Durante la fiesta, comenzaron a tomarse fotos con armas, lo que provocó que fueran expulsados del lugar. Horas más tarde, regresaron a la vivienda y realizaron múltiples disparos contra la propiedad. Uno de esos disparos alcanzó en el abdomen a Jada Gonzales, de 18 años, causándole la muerte.
Parra, quien era el conductor del vehículo, manejó y posicionó el auto de forma consciente para facilitar que los tiradores dispararan sin obstáculos. Luego del ataque, huyeron de la escena.
En enero, Cruz Medina, uno de los tiradores que en ese momento tenía 16 años, fue sentenciado a 24 años de prisión. En septiembre, Isaiah Espinosa, también de 16 años en el momento del homicidio y responsable del disparo que mató a Gonzales, recibió una sentencia de 29 años de prisión.
Jesse Barrios, quien tenía 18 años y grabó el crimen con su teléfono, se encuentra bajo custodia de ICE desde el mes pasado.
Esta semana, Jesse Parra, de 21 años, se declaró culpable de disparar contra una vivienda u edificio ocupado (con resultado de muerte), conspiración para cometer dicho delito y dos cargos de manipulación de pruebas, por el homicidio de Jada Gonzales.


