Cuando la administración Trump anunció el mes pasado que cada nueva visa H-1B tendría una tarifa de US$ 100.000, la intención parecía clara: incentivar a las empresas, especialmente las tecnológicas, a contratar trabajadores estadounidenses y a evitar deprimir los salarios en el país.
Sin embargo, el sector sanitario expresa una creciente preocupación de que este aumento en el costo de la visa H-1B podría poner en peligro la capacidad de los hospitales en áreas rurales y desatendidas para atraer trabajadores extranjeros y así cubrir la crítica escasez de especialistas necesarios para servir a sus comunidades.
“De ninguna manera vamos a pagar US$ 100.000”, enfatizó Carolynn Lundry, coordinadora del Programa de Residencia del Hospital St. Luke’s, ubicado en Chesterfield, un suburbio de St. Louis, Missouri.
“Nosotros reclutamos a médicos graduados en el extranjero, y si eliminamos el acceso a las visas H-1B, limitaremos nuestras opciones”, añadió Lundry, quien lleva a cabo la selección de 16 residentes de Medicina Interna cada año para St. Luke’s.
De acuerdo a un estudio de 2021 publicado por los Institutos Nacionales de Salud, más del 64% de los médicos extranjeros trabajan en áreas con escasez de profesionales de la salud, y más del 45% en zonas rurales. Además, Estados Unidos enfrenta una necesidad crítica de 13.075 médicos adicionales para cubrir esta escasez, según un informe de 2024 de la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA, por su sigla en inglés). Para 2037, se estima que el país enfrentará un déficit de 87.150 médicos de atención primaria a tiempo completo.
La Casa Blanca ha defendido la nueva tarifa de la visa H-1B como una medida en línea con la promesa del presidente Donald Trump de priorizar a los trabajadores estadounidenses. “El presidente Trump se comprometió a priorizar a los trabajadores estadounidenses y esta medida busca disuadir a las empresas de saturar el sistema y hacer que disminuyan los salarios”, declaró Taylor Rogers, portavoz de la Casa Blanca. “También garantiza a las empresas estadounidenses que realmente desean contratar trabajadores altamente calificados la seguridad que necesitan”.
No obstante, varias organizaciones han criticado la tarifa de US$ 100.000, previamente situada en alrededor de US$ 3.000. La Cámara de Comercio de Estados Unidos ha sido una de las últimas entidades en presentar una demanda contra la administración Trump por esta medida.
“La nueva tarifa de US$ 100.000 hará que el programa H-1B sea prácticamente inalcanzable para empleadores estadounidenses, especialmente para startups y pequeñas y medianas empresas”, argumentó Neil Bradley, vicepresidente ejecutivo y director de Políticas de la Cámara de Comercio de EE.UU.
Las voces de la Asociación Médica Estadounidense y más de 50 sociedades relacionales han solicitado exenciones de esta elevada tarifa para médicos extranjeros. “Los estados con un alto porcentaje de médicos con visa H-1B suelen ser aquellos con menor densidad de médicos locales”, subrayaron en una carta a Kristi Noem, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional. “El sistema de salud estadounidense depende en gran medida de médicos de otros países para proporcionar atención accesible y de calidad a los pacientes”.
En su reciente guía, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. clarificó que la tarifa de US$ 100.000 se aplica únicamente a los nuevos solicitantes de visas H-1B que residen en el extranjero y no a los titulares de visas H-1B que ya están en el país y buscan renovarlas, ni a aquellos con otros estados de visa que desean cambiar a H-1B.
Para pequeñas instituciones como el Hospital St. Luke’s, la escasez de médicos, combinada con esta nueva tarifa, podría ser devastadora. St. Luke’s ya enfrenta dificultades para atraer a graduados estadounidenses, dado que no es un centro académico, que generalmente es más atractivo para ellos en la búsqueda de plazas hospitalarias.
“Necesitamos muchos más médicos en este país, y simplemente no hay suficientes médicos estadounidenses graduados para cubrir todas estas vacantes. Tenemos que buscar profesionales provenientes de otros lugares”, concluyó Lundry.
Los solicitantes extranjeros proporcionan a Lundry la posibilidad de elegir residentes con experiencia y calificaciones extraordinarias.
“Estos individuos pueden ser sobresalientes”, agregó.
El Dr. Chuck Thigpen, director clínico y de estrategia de ATI Physical Therapy, alertó sobre la necesidad de mantener las ofertas de trabajo para estudiantes extranjeros que se graduaron de universidades estadounidenses en enero. ATI reporta actualmente 450 puestos clínicos vacantes en todo EE.UU., 49 empleados con visa H-1B y 97 con visa H-4.
“Hay muchos más puestos disponibles que solicitantes, lo que significa que no hay suficientes terapeutas calificados para satisfacer nuestras necesidades actuales”, afirmó Thigpen.
La combinación de esta escasez y los recortes federales en salud está generando una presión considerable sobre el sector. “Si la nueva tarifa es de US$ 100.000 adicionales por contratación, simplemente no podré cumplir con esto. Tendré que cerrar clínicas”, concluyó.
La situación está generando incertidumbre sobre el futuro de los médicos extranjeros. Mykola, quien huyó de la guerra en Ucrania en 2024, era médico en Kyiv. (Solicitó que no se mencionara su nombre completo por temor a represalias).
Mykola llegó a EE.UU. a través de Uniting for Ukraine (U4U), un programa de permiso humanitario del Gobierno para patrocinar a ciudadanos ucranianos. Ahora está preparándose para rendir exámenes con el fin de trabajar como médico aquí.
A pesar de su permiso especial, no califica para el cambio de estatus y debe presentar una nueva solicitud para la H-1B, lo que le complica la situación, tal como señala Rakhel Milstein, abogada especialista en inmigración. “Esas son las personas que se ven realmente afectadas”, comentó Milstein.
Mykola ha invertido miles de dólares en libros de texto y tarifas de solicitud y se dirige especialmente a áreas marginadas, donde espera hacer la diferencia en la atención médica.
“Estoy dispuesto a ayudar en estas comunidades marginadas”, manifestó. “Sé cómo puede ser accesible la atención médica y quiero replicar eso aquí”.
Sin embargo, ahora se encuentra a la expectativa de que una residencia acepte su solicitud y si logrará conseguir patrocinio para la visa H-1B, lo que se complica aún más por la nueva tarifa de US$ 100.000.
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Original source: Noticias Monterey
By Connor Dufault
30 Oct, 2025
